LA MASCARA DE LA MUERTE ROJA

La muerte roja se había apoderado de el país, la sangre se había convertido en miedo; La angustia se apoderaba de tu cuerpo tus poros sangraban y se clausurará con la muerte. La invasión el progreso y el fin de la enfermedad, todo en tan solo media hora. 

Pero el príncipe Próspero seguía siendo igualmente feliz, y llamó a mil de sus más cercanos hombres y mujeres, y los llevó a una de sus fortaleces, aislandolos del peligro. Al haberse cumplido cinco o seis meses de su encierro el príncipe Próspero ofreció un baile de máscaras  a sus comensales, el cual se llevará a cabo en siete salas cada una decorada al específico modo excéntrico del príncipe. 

En la primera cámara predominaba el color azul así pues sus vidriales también lo eran, la segunda fue púrpura, la tercera igualmente su decoración y sus cristales eran verdes, la cuarta era naranja, la quinta blanca, la sexta siguiendo el orden era violeta pero extrañamente la séptima estaba decorada con terciopelo negro y sus vidriales no coincidian con el color de la decoración, estos eran color escarlata un color muy similar a sangre.

La noche continuaba y cada hora el reloj retumbaba por todo el lugar, tanto que todo el mundo quedaba perplejo callado y casi temeroso hasta que el silencio y la paz volvían al lugar, entonces alguien soltaba una inocente risa y los músicos volvían a tocar. 

Pero la presencia de una figura enmascarada irrumpió en el lugar, era una figura alta y extremadamente delgada y se encuentra totalmente envuelta, con paso firme y tranquilo avanzó. 

Cuando el príncipe Próspero se dió cuenta de aquella presencia mandó capturarlo para descubrir la imagen de aquel que se estaba burlando de él; a pesar de la orden del príncipe de su captura ninguno de los invitados fue capaz de agarrar a aquella figura, y fue así como para esté no fue difícil perseguir al príncipe por las seis salas hasta llegar a la séptima, en ella el príncipe decidió volver a enfrentar a su perseguidor pero fue en ese momento cuando aquella figura le clavó un puñal y el príncipe emitió un agudo grito y este se desplomó muerto en el aposento negro; Aquella figura no tenía figura reconocible y así entendieron que era la muerte roja, y uno por uno de los invitados fueron cayendo, las tinieblas la corrupción y la muerte roja dominaron aquella noche, lo dominaron todo.