martes, 12 de noviembre de 2013

EL BARRIL AMONTILLADO

Esta historia trata de la venganza de Montresor hacia Fortunato.
Montresor un hombre que servía para Fortunato, había guardado en si un profundo rencor por él; durante mucho tiempo Montresor estaba ideando un plan para vengarse de Fortunato.
Tras un carnaval Montresor se habría encontrado a Fortunato algo ebrio y disfrazado; con la excusa de mostrarle un barril de un vino que aparentemente era amontillado y el cual para esa época era muy raro de encontrar, se lo llevo a sus bóvedas de vino. Montresor quien ya tenía ideado un plan, había dado permiso a todos sus empleados para que participaran del carnaval y regresaran solo hasta el otro día; con esto se aseguraba de que nadie lo viera entrar con Fortunato a su casa.
Durante el recorrido por la bóveda Montresor ofreció a Fortunato algunas botellas de vino, quien se las bebió casi de un sorbo; además de ello dijo a Fortunato que volvieran a la plaza, debido a que la bóveda era muy húmeda  y profunda y tal vez haría daño a su salud. Fortunato entusiasmado con la idea de un barril de amontillado rechazo la opinión de Montresor  y dijo que una simple tos no lo mataría. Montresor satisfecho con la respuesta continuo el recorrido por la bóveda hasta un punto donde la humedad hacia que el aire que allí se respiraba fuera algo turbio; él camino hasta un punto donde identifico unas cadenas que probablemente le servirían para atar Fortunato; aprovechando el estado en el que él se encontraba Montresor ato a Fortunato con las cadenas y lo dejo allí tirado; posteriormente identifico una pila de huesos y piedras que le servirían para tapar un agujero; con una pala de albañil que llevaba en su poder comenzó a tapar el agujero e hilera tras  hilera avanzaba con su trabajo. Cuando estaba en la tercera hilera escucho unos gritos agitados de un hombre que ya no estaba ebrio, se sentó a deleitarse escuchándolos  y aprovecho para tomar un descanso, posteriormente los gritos dejaron de oírse y Montresor continuo con su trabajo; cuando se encontraba en la en la onceaba hilera a punto de terminar  escucho una voz con risas que le decía buen juego ya salgamos de aquí que en la plaza nos deben estar esperando; el respondía irónicamente si salgamos, cuando la voz dejo de escucharse aprovecho y termino la hilera que dejaría totalmente cubierta la salida que volvería a levantar una antigua muralla que allí existía.

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